Nunca pensé viajar a Sri Lanka, no era el sitio que yo
prefería para viajar, pero allí estaba mi hijo, y decidí coger el avión desde Barcelona
en busca de él.. no pensé en el largo trayecto hasta allí, pero para mí fue
como ir a Santa Coloma de las ganas que tenia de abrazarlo..
Hice escala en Doha, yo me volvía loca. Qué suerte que iba
con mi Alicia, mi Antonio y mi Justi que me acompañaron en esta experiencia. Por
fin llegamos a Colombo, capital de Sri Lanka. El tiempo no pasaba, pero cuando
vi a mi hijo fue una sensación de alegría y de tristeza, de alegría por verlo otra
vez después de un año y de tristeza fue que como que lo vi tan bien pensé, este
se queda aquí!
Pasado este momento tan difícil de explicar, y tan lleno de
emociones me relajé y pensé, voy a disfrutar de mi familia y del viaje, pensé que
todo lo que seguía sería maravilloso, y así fue.
Salimos del aeropuerto, el mundo era diferente, los olores,
los colores, la gente .. y pensé .. que hace mi hijo aquí! Este está loco! Pero
yo adelante.. quería ver Sri Lanka.
Mi hijo nos dijo que teníamos que subir a un autobús que
parecía de los años 30, esperando que se llenase de gente para partir rumbo a
Kandy, durante 4 horas más, después de14 horas de avión y sin poder
sentarnos... y yo le dije: - hijo mío! pero como no has pensado en tu madre?
Con una prótesis en las rodillas. y él dijo: - pero mama!.. que es una
broma..no ves que tengo el coche aquí en el parking.
Y las 4 horas se
convirtieron en 2 y media en una furgoneta muy cómoda y con Aire Acondicionado.
Allí nos esperaba Mr.Udaya nuestro conductor, de religión medio budista medio
cristiano, ya que a raíz del Tsunami del 2004 nos contó que cuando estaba bajo
la segunda y más potente ola.. vio a Jesús y lo rescato, por eso desde entonces
cree en dios.
Camino a Kandy empezamos a experimentar la invasión de
olores y colores del país, es alucinante. Y empecé a darme cuenta del gran viaje
que nos quedaba por delante.
Y pensé..: me tenía que haber traído el Lexatin! (un relajante
muscular) para poder aguantar la tensión causada por la falta de semáforos, el
caos de coches, las vacas cruzando por la carretera, monos, personas andando y
cruzando por todos los lados, tuk tuks cambiando de dirección sin ni siquiera
mirar, pero dentro de todo este desorden..mi hijo estaba conmigo diciéndome.. mama!
tranquila que aquí no pasa nada. Y tenía
razón.. es una gente encantadora. Lo mejor es el meneíto que hacen con la
cabeza cuando dicen “si”, son amables, atentos y cariñosos, y nada pesados.
La moneda es la rupia, para mí fue fácil, gracias a mi hijo
que me dijo.. Mama! si quieres comprar algo, piensa en pesetas, y yo como
todavía pienso en pesetas, me fue genial, una rupia una peseta. Perfecto!
Después de tres horas llegamos a Kandy y sobre la una del mediodía
fuimos a buscar Hotel. Yo con mi marido,
José he viajado mucho, y siempre he estado en buenos Hoteles, y aquí me
encontré todo lo contrario, uno que está lleno de mosquitos, otro sucio, las
habitaciones deprimentes, y así hasta que encontramos uno que estaba medio bien
y que costaba 3000 pesetas(rupias) una noche los tres, y mi Justi y mi Antonio
2500.
Tocaba pasear, ver Kandy y tener mi experiencia con la
comida. Y como no! Arroz con vegetales, arroz con pollo, arroz con curry, vamos
arroz con todas sus variantes, pero como había hambre nos lo comimos. Después
de una pequeña siesta para descansar del largo viaje, Mr. Udaya nos aconsejó
que fuéramos a ver bailes tradicionales. Se trataba de danzas acariciarse con
el fuego o andar sobre ascuas, me recordaban cuando era pequeña y en el circo
de mi pueblo lo hacían también y yo me quedaba alucinada! Y ahora con 60 años me
ha vuelto a alucinar. Fue como volver a mi infancia.
El Hotel estaba frente a un lago, al atardecer le digo a mi
hijo; mira cuántos pájaros! Y dice mi hijo: Mama! Que son murciélagos.. y mi
hermano Antonio dice : Hoy que alucinante
y mi hermana Justi: nena vamos pa dentro que nos van a chupar la sangre.
Eran negros y tan grandes como la Chula,
para quien no lo sepa es la perra de mi hija, que para mí es como una nieta.
Llego la noche, y yo tenía una sorpresa. Saqué de la maleta
chorizo, fuet, queso, jamón. todo ibérico, lo mejor para mi hijo!
Cuando mi hijo vio aquello. hay mama! Que grande eres, y yo
le decía.. come hijo come. Todo para
ti! Improvise un mantel con mi foulard,
y allí estuvimos como en el mejor hotel del mundo, juntos otra vez! además el
camarero y a la vez botones del hotel, nos traía vasos, platos, de todo! Vamos
que solo le falto sentarse con nosotros. Probó hasta el jamón!
Y aquí acabo nuestro primer día en Sri Lanka con mis hijos y
mis hermanos!!
Continuará....
Relatado por Isabel, mi madre.
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