jueves, 16 de agosto de 2012

The Mentawai Experience.


Esta es la historia de unos intrépidos aventureros, que viajaban sin descanso con el fin de visitar todos los lugares más remotos y poco accesibles del mundo, su espíritu de descubrir nuevos lugares y conocer nueva gente les unía de una manera única y especial. Este es el caso de Anne, Holandesa, alta, atrevida y enérgica hasta cuando duerme, Guillem, de Vic, un corazón pegado a un cuerpo, amante del surf y no mucho de los trekings, Jon de Alsasu Navarra, Alegre, fuerte, energía pura y amante de la buena vida y la aventura y Jose un loco aventurero al que todo lo radical le apasiona.

Todos ellos decidieron realizar una expedición a una isla que existe en el extremo oeste de Sumatra llamada Mentawai Siberut, una isla conocida por su surf y las tribus que allí habitan los MENTAWAI, se escuchaban muchas historias, tan poco creíbles como las leyendas, eso les gustó ya que no había nada claro, ni las guías ni los libros ponían ninguna información fiable, incluso ni el ferri de once horas que tenía que llevarlos, ni siquiera el ferri, tenía un horario fiable. Así fue que tuvieron que esperar un día hasta que el barquito saliese. Compraron colchones para dormir, mosquiteras para protegerse de los mosquitos violentos y tabaco mucho tabaco, los Mentawai son adictos al tabaco, se fuman de dos paquetes para arriba, además de ser unos amantes del azúcar y el te caliente.

Por fin llegó el momento de partir y el ferri ya estaba lleno, la gente tirada por los pasillos intentando dormir, y los que no tenían pasillos ni cabinas, les tocaba una noche balanceándose con las olas del océano índico, ellos durmieron en una cabina para cuatro que reservaron el día anterior. El barco con cada ola hacía ruidos de madera crujiendo, parecía que se iba a romper en algún momento, pero no se rompió y llegaron sin problemas a Siberut, sanos y salvos y con ganas de empezar la aventura.


Nada más llegar fueron al restaurante a comer algo y allí fue donde conocieron a Liky un Mentawai joven y moderno, el les ofreció ser su guía durante su estancia en la jungla junto a su familia, y ellos decidieron que fuese el su guía durante esos 6 días en la jungla con las tribus Mentawai.
La aventura finalmente empezaba, el bote pequeño que les iba a llevar rio arriba ya estaba preparado, iban a ser 2 horas navegando por el rio que atraviesa la isla y su jungla, las mochilas con lo justo y necesario, la comida y la ilusión de poder vivir en un lugar que fue parado por el tiempo desde años que nadie recuerda. Al cabo de una hora ya tenían el culo cuadrado de ir en esa barquita sentados en una madera y sin poder moverse para que no entrase agua en el bote, cualquier movimiento hacia que el agua entrase sin preguntar y les mojase el culo. Pero al rato llegaron al destino, la jungla!!!


Al llegar les recibieron una mujer sin dientes y un señor vestido como un auténtico Mentawai que estaban en su Uma –casa típica Mentawai- ellos les ayudaron a cruzar un rio que les llevaría a su primer hogar allí, la casa de Kuki y Tete. Ellos viven en una Uma grande y nueva, no tenía mas de 10 años, está cerca de un riachuelo de aguas limpias y como todas las Umas está compuesta por 3 partes, la delantera, abierta donde dormimos los invitados y se hace la vida social, la parte intermedia donde tienen la cocina y la trasera donde duermen Kuki, tete y los miembros de la familia. Además ya fuera de la casa en la parte trasera tienen una ciénaga donde los cerdos viven a sus anchas. Las Umas están elevadas sobre el suelo y los animales corretean durante la noche y durante el día sin parar.

Empezaron conociendo a kuki, el es un hombre amable, trabajador y sonriente, siempre estará contento si le ofreces un cigarro o un té con mucho azúcar. Esa misma tarde, después de comer, les dijo que se marchaba a dar una vuelta por la jungla y todos decidieron acompañarle, los caminos estaban totalmente embarrados y tenían que caminar sobre troncos que estaban puestos sobre el camino, dejando esa la única forma de caminar en esta jungla impenetrable. Kuki les llevó a un riachuelo donde tenía escondido un tronco del árbol más útil que conocieron en su vida, el Sagu. Un árbol que alimenta a todas las personas de la isla y a todos los animales, siendo la principal fuente de vitaminas de los Mentawai. El Sagu, crece por todas partes y es un árbol que recoge las aguas de las lluvias incesantes de casi todos los días y crea un tronco tierno y blanco puro. Kuki esa vez se cargo un cuarto de tronco en la espalda y lo llevó si ni siquiera derramar una gota de sudor hasta la ciénaga donde los cerdos andaban sin dirección ninguna. Lo corto en cuatro partes y toco una especie de madera a forma de campana y la respuesta de los cerdos fue espectacular, todos ellos le miraron y empezaron a roncar como si la vida les fuese en ello. Fue cuando repartió por las 4 esquinas de la ciénaga cuatro trozos de Sagu y todos los cerdos felices empezaron a comer, mientras los cuatro perplejos los miraban boquiabiertos sin nada más que hacer, dejando que el tiempo pasase sin ninguna preocupación más.


El tiempo pasaba y los cerdos seguían comiendo, pero ellos no comían y claro la sensación de hambruna les entró, mirando a esos cerditos pequeñitos correteando en busca de Sagu. Y de repente fue todo como una conexión telepática cuando Liki les preguntó si querían uno pequeñito para cenar, nadie respondió al instante, pero la respuesta era clara, SI. Así que Kuki decidió uno, lo atrapó con una facilidad pasmosa y se lo dio a Liki que en 5 minutos ya lo tenía matado, abierto y casi preparado para la barbacoa que a la noche se iban a zampar la pandilla…mmmmmm menudo festín se acabaron pegando y que bueno y delicioso estaba el cochinillo a la brasa recién cogido, fresquito y tierno!!! Tan bueno y apetecible que después de la cena se fueron a sus aposentos a digerirlo mientras entraba el sueño después de un día largo en la jungla Mentawai. La única que no disfrutó fue Anne, que al ser vegetariana pasó un mal momento con el cerdo que solo sabe ella.
El día siguiente fue un día lleno de actividades con Kuki. La primera consistía en preparar los taparrabos que ellos llevan, les enseño con calma y sabiduría como pelar el árbol de donde lo sacan, como despellejar la piel del árbol y como machacarla para hacer un tipo de cuerda dura como una de yute.


También se fueron a comer la tamara, un gusano que crece en los Sagus que dejan secar, un gusano amarillo y grande que se mueve rápidamente, a Jose les parecieron como los gusanos del Rei león que suelen comer Pumba y Timon… viscoso pero sabroso!!!! Kuki recogió uno para cada uno, los atravesó con un palo y los quemó con fuego como si preparara unos calçots y se los ofreció a la pandilla  para que se los comiesen… y ellos claro, se los comieron, según me contaron tenían sabor a algo raro… jajajajaja.. por lo menos no tuvieron que ir al lavabo al día siguiente, que ya es mucho.


Por la noche, Tete, la mujer de Kuki, le enseñó como preparar Sagu con coco y hacerlos a la parrila con unas hojas de palma… Tete no ve nada, tiene unas cataratas como las del niagra y solo puede ver sombras, imaginaros en un lugar sin luz a la noche, lo había hecho tantas veces que no necesitaba ni ver. A la vez también contaron las historias de las Umas, de cómo cortaban los Arboles en el bosque, los tiraban al rio y como construían la casa, siguiendo su religión animista, colgaban ramas para que los troncos no se sintiesen desprotegidos y les ponían pájaros y monos hechos de madera para que el árbol les perdonase por haberlos cortado. También tenían colgados los esqueletos de las cabezas de los cerdos que se habían comido, para que su espíritu les perdonase y siempre estuviese con ellos.



Pasaron dos días y dos noches en la casa de la familia de kuki y al tercero se movieron hacia la casa del padre de liki, Teutan, el camino fue largo y difícil, a veces el agua les llegaba por la rodilla y los troncos por donde tenían que andar estaba hundidos y resbaladizos, no les quedaba otra que caer y mojarse, tuvieron que subir montes y sudar la gota gorda con ese clima tan húmedo y poco cómodo para andar más de 20 minutos, pero al final llegaron a la Uma de Teutan, después de 5 horas de viaje.
La casa de Teutan era mas pequeña y vieja, el vivía solo ya que su mujer murió hace varios años, le preguntaron a liki la razón, pero el no lo sabía, solo les dijo que murió de algo, que no saben, así es como funciona la vida en la jungla, sin médicos profesionales, solo chamanes que cantan y utilizan hierbas capaces de curar una infección o un dolor de barriga no muy severo, solo los fuertes o suertudos sobreviven, la ley de la jungla no es una leyenda antigua es una realidad que aún existe en estos lugares remotos de indonesia.
Teutan, parecía una persona seria, de mediana edad, unos 50 años, sin dientes como todos los Mentawai y lleno de tatuajes que identifican su clan y posición dentro de la sociedad Mentawai. Se le veía un hombre solitario, triste y sin muchas ganas de conocer a nadie más. Después de comer les enseñó como preparaba el veneno para las flechas con las que cazaban, lo hizo serio y sin explicar nada, lo hizo como aquel que enseña algo sin utilidad ni razón de ser. Ya que los Mentawai raramente cazan, simplemente comen cerdo y sagu, ya que la mayoría de las especies animales de la selva están totalmente aniquiladas y extinguidas por la caza de las tribus años atrás. Se dieron cuenta cuando les llevó a cazar después de hacer el veneno, ni rastro de animales, ni rastro de monos, ni rastro de pájaros, solo arboles, agua, barro, y más barro.


El tercer día paso y el cuarto lo dedicaron a caminar hacia la población creada por el gobierno de Sumatra, Madobag, una ciudad simple pero moderna, una ciudad creada para destruir la cultura tribal Mentawai y dar a los jóvenes una facilidad para entrar en el mundo moderno, el mundo de las camisetas, pantalones, casas de cemento y escuelas mal administradas. Su  guía liki, les dijo que irían a unas cascadas muy bonitas que hay en esa ciudad, ellos  pensaban  que era zona tribal, pero luego se dieron cuenta de que no, de que su aventura Mentawai, se había acabado allí, que ya lo que iban a ver después del treking previo, iba a ser, ni mas ni menos que otro pueblo rural, igual que todos los demás que estaban acostumbrados a ver.
 Al llegar a la casa que les acogería aquella noche, ya tenían una habitación para ellos, no dormían todos juntos con sus mosquiteras, y habían mas casas alrededor, niños correteando, jugando y queriendo saludarles. Incluso jugaron una partida de voleibol entrada la tarde que duró como dos horas en un campo resbaladizo y lleno de piedras. Y después los lugareños les invitaron a bañarse con ellos, los mas jóvenes saltaban desnudos al agua como lo hacían cada día y los más mayores se duchaban en otros rincones más privados. Aquel día fue imposible ir a visitar las cascadas, ya que el agua estaba muy alta a causa de las lluvias del día anterior, así que decidieron quedarse otro día más en Madobag, a esperar que no lloviese y al día siguiente ir a visitar las cascadas tan famosas y bonitas que tanto les habían nombrado.

La suerte les acompañó y al día siguiente el rio bajo su nivel como dos metros, podían ir a visitar las cascadas, dos jóvenes les acompañaron hasta allí y luego les dejaron solos para que disfrutaran de una mañana de calma, el lugar era muy bonito, la cascada era grande y el agua estaba limpia y clara, se podían ver peces y las rocas de debajo, así que saltaron y nadaron hasta que se cansaron, incluso, intentaron pescar algo, aunque no tuvieron éxito.

Y ya llegó el día final de su travesía en tierras Mentawai, un barco les llevó rio abajo como el de hace 6 días les llevó rio arriba, pero ahora ya tenían una experiencia más que contar a sus hijos, a sus nietos o a sus amigos que seguro no querrán escuchar. Fue una experiencia satisfactoria, donde los relojes y el tiempo se pararon por 6 días, donde se sintieron aventureros descubriendo otras culturas totalmente diferentes a las que están acostumbrados, donde conocieron de cerca el poder de la globalización y de la cultura moderna consumista, que llega poco a poco a todos los rincones del mundo, cambiándolos y dándoles la forma que nosotros los europeos conocemos perfectamente, ya que no conocimos otra…

martes, 7 de agosto de 2012

AIR MANIS, I LoVe SurF


Finalmente llegamos a Padang, la ciudad desde donde teníamos que ir en Ferri a las islas Mentawai, pero claro, estas nos son unas islas especialmente turísticas, solo hay dos ferris a la semana que viajan desde Padang y las fechas nunca son claras, ya que depende del estado del mar de ese momento. Así que fuentes inicialmente “fiables” nos dijeron que el ferri salía dirección Mentawai el siguiente día a las 7 de la tarde, eso era un domingo así que el lunes por la tarde era el día D.

Sin saber que hacer, nos dejamos querer por la suerte y otra vez nos regaló lo que el destino siempre regala a los que se aventuran, un lugar mágico, una playa mágica con unas olas perfectas para nuestro nivel principiante de surf,  PANTAI AIR MANIS. Un lugar a tan solo 30 minutos de Padang, con una playa preciosa rodeada de montañas selváticas. La playa tendría un kilometro de largo mas o menos y lo que fue nuestro hogar durante 10 días ADI GUEST HOUSE estaba en un extremo de la misma protegido por 3 líneas de pinos justo delante de las olas donde colocamos nuestras amacas para descansar de los intensos días surfeando. Adi es un hombre de 33 años, casado con Remi y con dos hijas Vanesa de unos 3 años y Nana de 8, todos viven allí en una habitación sencilla con la cama siempre por hacer, tienen un pequeño recibidor con las paredes mal pintadas, los platos por el suelo, una televisión sencilla y varias neveras repartidas por los rincones de la casa, en realidad viven en un desorden ordenado para ellos una vez los conoces un poco, pero al principio te sorprende ver como pueden vivir así. En la parte de atrás tienen un almacén pequeñito lleno de tabla de surf de todos los surferos que allí van cada día a ver como está el estado de la mar. Solo tienen dos habitaciones para los “bules” con unas buenas camas, un lavabo sencillo y un ventilador, que ofrecen por 100.000 rupias por noche. Al llegar y ver ese lugar y las olas sencillas pero potentes, la sensación de calma y paz, el  ambiente alegre y familiar que se respiraba, tardamos 4 horas en saber que nos quedaríamos por más tiempo y dejaríamos pasar el ferri del día siguiente hacia las Mentawai.



La semana transcurría con surf por la mañana y por la tarde, con el rato de descanso al mediodía, la principio las olas nos superaban y no podíamos ni atravesarlas ni surfearlas, a veces nos poníamos de pie una o dos  veces por sesión y eso que estábamos 2 horas, pero cada día íbamos mejorando nuestra posición en nuestra tabla e íbamos posicionándonos mejor en la ola para surfearla. La sensación es magnífica, sentir como la fuerza de la ola te empuja con una fuerza increíble, pero lo mejor es ponerte de pie en el mejor momento y sentir como la bajas y te desplazas hacia un lado sintiéndola bajo tus pies, eso es una sensación indescriptible. Por desgracia esa sensación no es algo que sienta cada vez que surfeo, pero hay que aprender paso a paso, y el surf es uno de los más difíciles que he practicado en mi vida. Eso es lo que lo hace tan interesante y te pique de esa manera tan especial.

Ya llevábamos 3 días de surfeo continuo y mis brazos ya respondían lo justo, el no haberlos ejercitado durante tanto tiempo me estaba pasando factura, así que ese día de repente apareció Amelie por la playa, sola, con sus mochilas de viaje y leyendo la versión francesa de la lonely planet la Petit fouté. Ella solo quería pasar un dia fuera de Padang y los minibuses la dejaron en esa playa, que no era ni la que ella había pedido, pero se quedó. Y al día siguiente decidimos salir juntos a Bukitingi una ciudad a 3 horas de Padang, desde donde puedes visitar volcanes, lagos, cañones, la flor mas grande del mundo la raflesia que crece en varios países de Asia y un café muy muy especial, ya que viene de la caca de unas ardillas que viven en los campos de café y se alimentan del propio café, pero lo curioso es que no lo mastican y está el grano perfecto todo apegotonadito. Al parecer es un café buenísimo, yo lo probé y me pareció igual que todos, decirme poco sibarita, sé que no lo soy y menos del café.


Así que después de 4 días surfeando nos fuimos otra vez de turismo mas montañero, con Guillem a regañadientes, ya que claro, quería quedarse surfeando.
Ahora os contare mi experiencia sobre las actividades en bukitingi, que están muy bien pero son todas muy populares, tanto que se convierten en un circo de recitales ya gastados por el tiempo, para la flor nos llevaron a un jardín detrás de una casa donde casualmente había una solo una flor de tamaños medianos pero ya estaba marchitando, según nos contaron la raflesia solo está abierta 5 días después se marchita y cambia de color a negro podrido, por eso siempre los guías están buscando quien tiene una abierta para vender el tour que nos costó 3 euros para nada realmente interesante, el café estaba bueno pero ya he explicado lo que me pareció su presentación ultra gastada, tanto que aburre. También visitamos el lago Maninjau desde donde hay una escalada ciclista clásica en sumatra con 44 curvas en unos 5 kilometros, tiene que ser muy duro, a veces con la moto no podíamos subir de la inclinación, otro reto para los ciclistas intrépidos. El cañon del harau no tiene nada de especial, solo los niños que por unas rupias se tiran a una piscina mugrienta en frente de una cascada haciendo acrobacias y riendo. Los dos días en bukitingi ya se habían pasado entre viajes en moto y conversaciones vespertinas tomando una bintang bien fría.  Volvimos a Air manis a pasar otros 2 días surfeando en nuestro querido Adi guest house comiendo ese arroz horrible pero disfrutando de esa maravillosa compañía que sus honorables anfitriones nos ofrecían cada día, además de seguir todos nosotros juntos. Anne, Guillem, Jon, Aurelie y yo.



Se acabaron los días surfeando y llegó el momento de las islas Mentawai, un lugar mágico donde el tiempo se paró hace muchísimos años y donde viven una de la tribus más famosas de indonesia, la siguiente crónica será de esa intensa semana…
Os deseo a todos unas felices vacaciones y que disfrutéis siempre de la paz y alegría que se respira en este estado, tener cuidado con el coche y NO bebáis mucho!!!! jejejeje