martes, 27 de marzo de 2012

NAMIBIA Alicia y sus maravillas PARTE 4


De los himbas a Ethosa, Victoria Falls y de vuelta a casa.

Llegamos a ETHOSA el parque natural más grande y famoso de Namibia, con la certeza de poder divisar a los 5 grandes :el león, el rinoceronte, el leopardo, el búfalo y el elefante.
Nos comento un guarda que a causa de la lluvia, al no estar el agua concentrada en ningún punto concreto los animales están dispersos, y eso nos dificultaba la búsqueda.

Durante nuestra visita vimos.. elefantes, jirafas bebiendo agua..muy curiosas, por cierto, hienas , impalas, orix, gatos salvajes, miles de zebras, una gran variedad de aves..y  lo más impactante,  el leopardo; allí estaba tumbado una sombra junto a la carretera, elegante espectacular, daban ganas de darle una achuchón. Pasó por nuestro lado y poco a poco se fue adentrando en la selva., y lo perdimos de vista.

Esa noche la pasamos dentro del parque, con la idea de madrugar y poder ver a los leones. La verdad es que eso de pasarte horas dentro del coche buscando animales entre la maleza es algo agotador. Fue una noche relajada.

 Amaneció e iniciamos nuestra búsqueda, aunque después de casi 6 horas más, vimos de todo..menos  leones! CONCLUSIÓN: Habrá que volver a África para verlos.jejejej
A Riki y a mi tan solo nos quedaba una semana en África, y decidimos cruzar a Zambia para visitar las Cataratas VICTORIA y conocer un poco la noche africana. Ari como ya había estado nos esperaría en en camp site en la frontera hasta nuestra vuelta. La frontera cerraba a las 6 de la tarde.. sobre las 5:30 llegamos nosotros con el tiempo justo para pagar tasas y visados y cruzarla. Buah! Aquello era un caos; como oficinas, unas casetas medio destruidas, rotas, sucias, y una para cada licencia o permiso..los mufipas(negritos)zambianos haciendo trapis y cambiándote el dinero de dólar namibio a Kwachas, mi hermano informándose de los permisos necesarios para pasar mientras el rikitin y yo intentábamos  entender  lo que nos decían acerca de los visados. Después de perder dinero con el cambio de moneda, pagar una pasta por el coche y pasar la media hora mas estresante de mis 20 dias en África cruzamos a Zambia.

Ya era de noche cuando llegamos a Jolly Boys un backpackers situado en el centro de Livingstone. Cenamos, nos relajamos un rato y fuimos a dar una vuelta. Tan sólo vimos un bar local con un poco de ambiente..y allí entramos. Como dice mi hermano, eso era el mundo al revés, los únicos musungus del local, nosotros!! Bailamos un rato y nos echamos unas risas con varios personajes que habían allí. Las Mujeres descaradamente haciendo el bent over con mi hermano y riki. Quizá este garito era el de los perdíos, no se, pero me daba la sensación de que todos iban colocadísimos. Nos dieron la 3 de la mañana y ..a dormir.

A las 8 estábamos de nuevo en marcha..y nos  fuimos directos a las Cataratas Victoria, una de las maravillas naturales del mundo. Impresionante.. más de 1km de cascadas, el agua subia hacia arriba y la lluvia caia sobre nosotros..que maravillosa sensación. Acabamos empapadito de agua.  Pasamos 4 horas allí, encantados con lo que la pacha mama nos daba. Un paseo por la selva, rodeados de monos, bajamos hasta el Boiling Pot a la orilla del rio Zambezi con vistas al puente que separa Zimbabue de Zambia. El paisaje era espectacular, no tengo palabras.. me hubiera quedado todo el dia..mimetizada en el Lugar..MALAUI GUAGUI!!
Cargamos la nevera de cervecitas, compramos carnecita rica..y buscamos un lugar para dormir.. Que agustico! Vimos la puesta de sol única en Africa, sobre el rio ZAMBEZI, el cielo se pintaba con unos colores que tan sólo he visto aquí, lástima que no vi aparecer la cabeza de un hipo sobre el rio. Una pena!

Al dia siguiente queríamos ir al parque Natural de CHOVE, enBotswana, pero 120€, demasiado para nuestros bolsillos, asi que nos quedamos en el de Livingstone, que no es nada conocido, aunque vimos bastantes animales.. Pumbas , búfalos, Jirafas.. y..al preguntar a un guarda del parque..muy amablemente nos llevo caminando en fila india y con un ranger delante y otro detrás con sus respectivos rifles..a ver a una familia de Rinocerontes.. El único Grande que le faltaba a mi hermano! Así que nos fuimos muy contentos..

Tras varios días en Livingtone, volvimos a recoger a Ari, la verdad la eché de menos, es un placer compartir este viaje con ella, es un encanto!

 Nos esperaban 1000Km por delante hasta llegar a Windhoek.  Prácticamente 2 días en la carretera. Un pinchazo, unas risas, una última acampada,.. y poco más que contar.
Legamos a Windhoek, nuestro destino final. A Riki y a mi 2 días , a Ari, 15 dias, o ni lo sabe! y a mi hermanito todavía unos mesecicos en ruta. La capital no tiene ningún encanto, casitas de playmobil y algún que otro edificio alto, grandes centros comerciales, y poco más.
Y llego nuestra última noche, después de 20 días comiendo en el camping decidimos darnos un caprichito y cenar en un restaurante. Comimos de lujo, carne: ternera, cordero,orix y antílope. Rico rico! Y con nuestra botellita de vino. Queríamos marcha, bailar..irnos con mejor sabor de boca, si cabe.
Primero fuimos a un hotel, super mega fashion, con vistas panorámicas de la ciudad, después en una boda y por ultimo en Monaco un garito de gente local.  Volvíamos a ser los únicos musungus. Y no veas cómo se mueven los condenaos.. por mucho que lo intento me es imposible imitarlos. Que movimiento por dios!

Acabó  la última noche, de la mejor manera posible. Riki, Ari, Jose y yo felices y muy agustito. Ahora aquí estoy acabando mi crónica, junto a ellos..con sólo 2 horas para partir rumbo a España triste pero muy contenta de poder haber disfrutado de este viaje junto a mi hermano, mi gran amigo Rikitin, y mi nueva  amiga Ari. Me he sentido libre, feliz, afortunada por poder vivir esta experiencia única en este país inmenso. Qué bonito es viajar!! Hakuna Matata!!África..volveré! 
Escrito por Alicia.

lunes, 26 de marzo de 2012

NAMIBIA. Los Himbas. PARTE 3


Los himbas, las tribus que habitan en el norte de Namibia, resultaron ser un soplo de aire fresco. Poco tiempo pasamos en la zona, menos de 24 horas, pero nos hacía falta vivir algo de la “pura África”, intercambiar 4 frases con gente diferente, con gente de aquí, ver movimiento humano, y que no fuera turista; beber unas cervezas en un bar local lleno de lugareños borrachos jugando al billar moviendo el culito al son de esas típicas melodías de organillo tan pegadizas que suenan en cualquier parte de este continente. Y es que llevábamos ya 10 dias literalmente metidos en el coche, sin música, kilómetros y kilómetros de diferentes paisajes de Namibia, sin rastro de vida humana, parando en lugares inhóspitos y desolados donde lo único que respiraba éramos nosotros. Al final se hace un poco monótono. Coincidimos todos en que la experiencia es impresionante y no tiene precio, pero la diversidad es la sal de la vida, y ya hacía falta un pequeño cambio.

Opuwo, el pueblo más importante de la zona al noroeste del país, nos sorprendió a todos. Sabíamos que allí empezaríamos a encontrarnos con los Himbas, a eso precisamente veníamos, pero ninguno esperaba lo que vimos. Es un pequeño pueblo lleno de contrastes donde todo se mezcla sin orden. Los himbas, los salvajes sin civilizar, deambulan entre el supermercado, las tiendas de los chinos y los bares locales, vestidos con sus trapos típicos, las mujeres con esas pieles de ternera de cintura para abajo y desnudas de cintura para arriba, solo decoradas  con collares, pulseras y otros menesteres que cuelgan de cualquier parte de su cuerpo, un cuerpo tintado de ese genial color rojo que les da el untaje que se ponen; los hombres visten con una especie de falda con pliegues que parece un tutu de bailarina, los más mayores se ponen la chaqueta Americana en la parte superior, y los más jóvenes cualquier camiseta, pero todos ellos llevan en sus manos el bastón pulido de madera de pastor. Los Hereros, la otra tribu que habita por aquí, los civilizados, recuerdan la estirada vida de los ricos colonos de hace más de 100 años; no se diferenciar a los hombres pero las mujeres llevan esos trajes largos, elegantes y pomposos de colorines que combinan con esos sombreros que simulan los cuernos de las vacas. Es curioso, las vacas aquí no son sagradas como en otros países del mundo pero están presentes de diferentes formas como signo de alabanza o respeto, supongo que porque es una de las mayores y mas importantes fuentes de alimentación y eso es algo a lo que adorar para un pueblo que históricamente siempre ha pasado hambre. Para poner la puntilla, todos ellos conviven con el africano común, que es aquel que no se diferencia por nada en especial, aquel que intenta sobrevivir de cualquier cosa sin seguir ninguna tradición en concreto.

El decorado de todos estos personajes, Opuwo,  es un potaje en el que se mezclan todas las comodidades que hemos creado los habitantes del primer mundo y que ya han llegado aquí, como los grandes supermercados y gasolineras  de famosas compañías donde puedes pagar con tarjeta de crédito; bancos con cajeros automáticos, tiendas de chinos; algunos residuos que aún quedan de la colonización Alemana, y todo ello adecentado con esa caótica y descuidada vida africana donde domina la falta de recursos para poder mantener todo sin que se desmorone. Casas de ladrillos medio derruidas o a medio hacer, un mercado local con casetas construidas a base de 4 palos y 4 chapas, puestos de comida donde con un poco de carbón, una olla abollada, cuatro trozos de carne y un montón de moscas alrededor, hacen algo de comer; y donde la vida es barata, porque así hacen que sea la gente más pobre y porque así ha sido siempre.

Por supuesto la guinda del pastel la pone cuando algo diferente aparece en ese decorado, como nosotros, llegamos con un 4x4, nos paseamos con nuestras ostentosas cámaras de fotos y nuestra descarada piel blanca, y el show comienza, el espectáculo para ellos es un regalo, nos salen un montón de novios que nos ofrecen viajes a los poblados himbas, o fotos a cambio de dinero, y nos salen otro montón de pretendientes que lo único que quieren es alguna cerveza gratis, y la piden sin ninguna oferta a cambio.

Así que allí pasamos el resto de tarde. Habíamos llegado sobre las 5 desde el sur. Nos tomamos un par de cervezas en el primer bar local que encontramos, y dimos un paseo por la zona del mercado. Decidimos probar algo de comida local pero era tarde y solo quedaban sobras, así nos dedicamos a jugar con los críos un rato, que nos miraban alucinados, e intercambiar alguna frase con los lugareños.
De vuelta al coche nos tropezamos con “Queen Elisabeth”, no recuerdo su nombre real, ni tampoco creo que nos lo dijera. Era una mujer negra, gorda, que nos vio y empezó a chapurrear palabras en español, y que decidimos elegir para que al día siguiente nos guiara a algún poblado Himba y nos explicara sus costumbres y tradiciones.

Nos paramos a dormir en una zona no muy lejos del pueblo, a unos metros de la carretera. Entre matorrales y arboles plantamos el coche y desplegamos las tiendas. No recuerdo mucho de esa noche, creo que cocinamos un arroz a la cubana para cenar, y nos dormimos con el sonido de la música que llegaba de alguna discoteca del  pueblo.

Al día siguiente nos despertamos sin prisas, somos un cuarteto un poco perezoso. Llegamos al supermercado donde “Queen Elisabeth” nos esperaba, nos ayudo a comprar algunas cosas para llevarles a los Himbas, parece ser que es lo que está establecido aquí, un saco de maíz, unos caramelos, azúcar y si le hubiéramos dejado se hubiera llevado medio supermercado.
La aldea que fuimos a visitar no estaba ni a 10 kilómetros de Opuwo, aunque “Queen” nos había asegurado que íbamos a una no turista a mas o menos 20 km. Nada más salir del coche aparecieron de la nada mujeres y más mujeres de la tribu que en 2 segundos desplegaron sus bolsas y empezaron a enseñarnos todos los abalorios que podíamos comprarles, pulseras, collares, brazaletes, etc…..No sé cuánto tiempo estuvimos en ese poblado, pero el 80% fue regateando y comprando chorraditas. Después nos metieron en una de sus casas, circular, de madera, barro y paja, donde una cría de 14 años nos mostro cómo y con que se perfuman y cómo y con que se untan los cuerpos y el pelo de rojo. Fue interesante. Los Himbas no se lavan con agua, “Queen” nos aseguro que no era porque no la tuvieran, la tienen, pero según ella, que tiene raíces Himbas, es porque simplemente no les gusta lavarse, por alguna longeva y estoy segura que explicable razón que no nos llego a decir, así que se untan la grasa que sacan de una planta mezclada con el polvo que consiguen moliendo la piedra roja que abunda en el lugar que es una especie de rodeno. Todo eso les protege la piel y el pelo de la suciedad y de la infección.  Para el olor, usan su propio perfume, queman la corteza de un árbol, como si fuera incienso y se la acercan al cuerpo para que penetre en los poros de su piel.

Su alimentación se resume a leche de vaca con maíz, pero a simple vista no parecen muy desnutridos.  Estoy segura que en pleno siglo 21 algo habrá cambiado pero no llegamos a verlo.
Nos fijamos que a todas las mujeres les faltan 2 dientes de la parte inferior, se los quitan para imitar a las vacas, que no los tienen.
Los hombres estaban por ahí sentados, ninguno llevaba ningún ropaje tradicional, “Queen”  nos dijo que las cosas están cambiando, muchos de los niños estudian y casi todos ellos cuando crecen elijen “la otra vida” como la llama ella, como ella misma elijio, lo que no consiguieron los cansinos misioneros cristianos en la colonización lo está consiguiendo poco a poco el avance implacable del progreso. Ellos solo observaban, parecían como aburridos, cansados de la vida que les toca vivir, ni siquiera se movieron con nuestra presencia, bueno si, cambiaron de lugar cuando el sol hizo que la sombra lo hiciera también. No sé porque la mayoría de las mujeres siguen llevando el mismo disfraz que hace cientos de años, pienso es una mezcla entre la tradición, la coquetería, y en resumen la llamada de atención, que es la base del pequeño negocio que tienen para conseguir algo de dinero con que comprar algún capricho de la atrayente vida occidental que ya está a su alcance, algún bolso, algún sujetador que se ponen y enseñan sin pudor y sin vergüenza, o tomarse alguna cocacola o cerveza cuando van al pueblo. En fin, supongo que nada es eterno, y nadie puede negarles el cambio cuando el resto de la humanidad lo ha elegido ya hace tiempo, pero es un placer y un lujo haber visto un corto suspiro de ese diferente y centenario estilo de vida.

A la vuelta a Opuwo estábamos ya tan metidos en esa atrayente y diferente vida africana que ninguno queríamos irnos, así que paramos en un bar y perdimos algo de tiempo tomándonos un par cervezas para alargar el momento y observar esa extraña y nada aburrida vida local antes de que nos decidiéramos a partir, una pena…….. pero “ the show must go on”…….quien sabe lo que nos espera en el próximo rincón de este precioso país……… 

Escrito por Ariadna.

domingo, 25 de marzo de 2012

NAMIBIA, Desierto, poca playa y mucha cerveza, PARTE 2


De las dunas de Arena a Skeleton coast y el Norte.

Tras cuatro días de viaje llegamos al famoso desierto del Namib, no solo por nuestra cercanía lo digo también por el calor y bochorno que sentimos. Nuestra idea es la de dormir en medio de las dunas pero en la entrada nos dicen que no se puede por seguridad, que a una determinada hora cierran las puertas y nos puede caer una buena multa, a nosotros no nos importa nada y seguimos en pie con nuestra idea, mas tarde aunque si hubiéramos cambiado de parecer no teníamos alternativa ya que nos quedamos atrapados en la arena os imagináis gracias a quien?, vimos una buena puesta de sol, siempre gracias a su destreza que no al gran peso de su cabeza, estuvo tres horas intentado sacarlo, allí pasamos la noche a pesar de que vinieron a buscarnos y no pudieron sacarnos.
 Al día siguiente a primera hora estaban allí para sacarnos de la arena, subimos a la duna más cercana para conseguir una panorámica increíble, después un salar con arboles con extrañas formas y sombras. Acabamos nuestra visita al desierto con un bañito en la piscina del camping, refrescante y gratificante después de la aventura, como la birra que nos tomamos. El resto del día nos lo pasamos en coche para llegar a la parte este del país y así encontrar el Atlántico y la que dicen segunda ciudad del país, la más frecuentada por jóvenes, turistas y donde más fiesta podríamos encontrar, Swakopmund desde que llegamos al camping, una de la pocas noches que hemos dormido en un lugar cerrado, el sentimiento es del hacer un pit-stop en el camino, casi una semana de viaje y lo que es mejor sábado sabadete…cenamos fuera, pizza y más tarde acabamos en el local del pueblo Cucky’s Bar con música en vivo y donde conocimos españolitas que trabajaban allí desde hace dos meses, pero fiesta por llamarla de alguna manera…


 El domingo fue eso un día de descanso con parrillada en la playa al estilo oriundo y después decidimos irnos porque el pueblo daba miedo, estoy seguro que unas horas más y nos habríamos quedado atrapados en el tiempo, era un pueblo surrealista, como de mentira o mejor dicho como de playmobil, todo nuevo y con casas fuera de lo normal por el lujo. No nos a gustado nada a ninguno, esto no es Africa. Después  de dormir en un hotel de mil estrellas, Paisaje Lunar; cuantas veces al mirar por la ventana de tu dormitorio has visto el infinito?...

Nos dirigimos a las cordilleras Spitzkoppe, siempre por la parte centro-oeste del país, al llegar, comemos en otro lugar mágico, echan tumbonas de árbol a árbol y así un merecido descanso. Una tarde tranquila también mirando el cielo para proponernos subir la cima más alta la mañana 

siguiente. El desayuno fue mirando la cima y allí nos dirigimos, 1.728m. Lograron la cima, yo me tome mi tiempo hasta llegar a un punto parecía imposible pero por donde subieron, las horas de coche y humo con el poco deporte se notan, lo hubiera conseguido pero a mi ritmo. Merecida ducha y birra para de nuevo acercarnos a la costa y allí ver algo que me dejo perplejo, colonia de leones marinos. Vamos por pasos al llegar habían tres o cuatro en el parking y salimos corriendo pensando eran las únicas y se iban, salimos corriendo y llegando a lo que pensábamos era el muelle encima del agua era un paseo de madera por la arena y que veíamos, no centenares, millares de leones marinos, un “aroma” a mar! Las unas gritando, las otras llamando a gritos a sus hijas aquello parecía el desembarco de Normandía, tomaban el sol con su cabeza en alto, tumbadas con las aletas hacia arriba, las uñas las tienen en mitad de la aleta por lo que se rascan extrañamente y hasta se pelean mordiéndose, pensamos por la roca que ocupa el otro por mucho rato… yo no podía mas y quería irme para comer pero con tal sopa… 

Encontramos un lugar increíble entre dos dunas en la playa. Cuando nos sentamos a comer, el delicioso arroz con verduras de Ali, me di cuenta que alrededor no teníamos nada, como si fuera un estudio con un paisaje pintado, un flash! Pues también comimos y plasmamos una peli, en medio de la nada, hoy en día, con la tecnología pudimos disfrutar una tarde de relax. Nuestra visita a SkeletonCoast fue para pegarnos un baño en el frio océano, ese que algún día antes se nos negó por su bravura y suciedad, muy refrescante, perfecto para saludarlo y adentrarnos de nuevo en el país porque si fuera para ver barcos hundidos íbamos apañados. Hicimos una gran cantidad de Km donde visitamos, en poco más de dos horas cuatro puntos de interés turístico, su bosque petrificado, montaña quemada, órganos naturales y pinturas rupestres, tras la última declinada por su cola turística, ninguna vale la pena visitar, fue un entretenimiento pero nada interesante. Un poco cansado y ahora me doy cuenta desilusionado con las ultimas excursiones, me espera lo mejor lo sé…  

En África el tiempo parece pasa más lento, esperar no es un problema ya que se toman su tiempo para todo. En Namibia todo está vallado pero hemos traspasados muchas puertas y dormido… en lugares irrepetibles, cuando volveré a tener la suerte de despertarme y al bajar la escalera de mi casa, mi salón sea la naturaleza, el desierto, dos dunas o el resguardo de tres árboles? Solo me queda comentar el hecho de que si no fuera poco, cada mañana desde mi ventana veía salir el sol, su amanecer …
Escrito por Rickitin.

NAMIBIA, Unos nomadas haciendo lo que les toca. PARTE 1


De windhoek al fish river canyon y vuelta a sossusvlei

Ellos ya estaban volando de camino a Namibia, de mientras yo y nuestra compañera de viaje Ariadna, otra valencianeta que me encontré en Botswana, nos dedicamos a encontrar la compañía de alquiler de coches mas interesante. Así que al dia siguiente a las 6 de la mañana me dirigí todo nerviosito a buscarlos al aeropuerto y el avión, claro, con puntualidad alemana, llegó a su hora. La puerta de llegadas se abría y cerraba y ellos nunca salían, hasta que los vi, con su jerseicico, sus pantaloncicos largos y su color de piel como del que llega de un largo invierno, pálido.  Y al salir del aeropuerto el sol ya brillaba y calentaba a las 8 de la mañana como en España a las 12 en pleno agosto, y mi hermana ya se puso contenta.
Nos dirigimos al lodge donde estábamos alojados y nos bebimos unas cervecitas, desayunamos y nos fuimos a buscar el cochecito casa donde viviríamos y viajaríamos como nómadas durante estos 20 días que ahora empezaremos a contar en partes separadas, en total 4, de los 4 participantes del viaje por Namibia.

A las 4 de la tarde, ya teníamos el 4 x 4  en nuestra posesión! Después de habernos dejado un pastón por los 16 días que habíamos alquilado el cochazo con neverica, sillas, mesa, equipo de cocina y unas tiendecicas en el techo para dormir 4 personas, así que lo primero fue ir al supermercado y comprar comida y cerveza para unos cuantos días. Empezamos a conducir que serían las 5 y pico, recorrimos unoas 200 km hasta las 7 casi, y nos paramos a dormir en un lugar que encontramos en la cima de una loma, con vistas impresionantes del atardecer, el mejor lugar para empezar el viaje, donde hicimos barbacoíta amenizada con licores locales y por supuesto el jamon, el queso, el chorizo y el fuet que mi hermana con tanto esfuerzo había traído en su mochila. Gracias gracias, a las dos.

Con el achupenchaaaaa mamani chipapooooooo uuuuuu epapoooooo del rey león, nos despertamos el primer dia, un amanecer precioso, un poco adelantado, leche con galletas y de nuevo en la carretera de camino al Fish river canyon, según los datos que tengo el segundo más grande del mundo después del del Colorado, con 160 km de largo, 27 km de ancho en su punto máximo y 549 m de alto máx. Con 350 millones de años de antigüedad, en medio del desierto, un lugar encantador con una calor que no se podía ni estar, allí no vivían ni los lagartos. Lo visitamos durante 2 horillas por diferentes miradores y luego fuimos a las fuentes termales de Ai-Ais donde dormimos en medio del desierto rocoso cerca del rio, otro lugar inolvidable, con luna llena total que nos hacía de farolillo por la noche.

Al amanecer nos fuimos a visitar la fuentes termales, que por cierto creía que me iban a defraudar, como siempre, pero me quede del todo petrificado con el lujo gratuito de las instalaciones, disfrutamos de lo lindo y después a la piscinita un ratillo. Y ya emprendimos el viaje de vuelta hacia sousvlei el desierto de dunas, pero lo hicimos bordeando el fish river canyon, encontrándonos con el orange river que nace en lesotho en el centro de surafrica , un paisaje precioso donde yo personalmente disfrute con las rectas en el inmenso desierto y con las curvas de las montañas por la rivera de los ríos.

De camino hacia las dunas nos quedamos a dormir en una granja en la que nos colamos y tuvimos la suerte que no había nadie, solo un grupo de vacas curiosas que venían a visitarnos de vez en cuando, hasta que llegó la noche y se fueron a dormir. Nosotros disfrutamos de nuestra compañía tan añorada y disfrutamos de otra noche mágica junto comiendo jamón y explicándonos todas la novedades que nos quedaron pendientes.

viernes, 23 de marzo de 2012

BOTSWANA EXPRESSS...


De rebote acabé en Botswana, cruzando por el rio Zambeze desde zambia, por un paso fronterizo de los auténticos, más de 100 camiones esperando su paso, ya que uno de los dos ferris que cruza el rio se había estropeado, esto es África! Nosotros lo atravesamos rápido ya que por suerte no habían tantos coches como camiones.  De ahí de camino a Maun, el cuartel general de Botswana para visitar el delta del Okavango, 7 horas de coche entre medio de sabana y lugares despoblados, de vez en cuando veíamos un elefante curioso cerca de la carretera, por todo lo demás un viaje de lo más aburrido.

Al llegar a Maun, me alojé en old bridge backpackers donde conocí a una parejita de Españoles y a la valenciana que nos está acompañando en el viaje a namibia, y con la que tengo todas las historias que contar en botswana, ya que a partir de ahí viaje con ella.

Entonces empezó la aventura, lo primero que hicimos fue pensar en visitar el delta del Okavango y algún parque natural de la zona. La parejita nos dio un teléfono del guía que les hizo a ellos el safari cruzando chobe, savuti y moremi, visitando un poquito del delta del Okavango, y decían que habían escuchado  los leones muy cerquita cuando estaban durmiendo y eso es toda una experiencia! así que nos decidimos a hacerlo y empezamos las negociaciones via sms, la manera mas apropiada de hacer negocios en África. la verdad que pintaba muy barato, comparándolo con los precios que nos daban otros agentes de safaris, así que después de 20 mensajes de texto y 4 llamadas acordamos hacer un safari de 2 noches 3 dias visitando dos parques naturales.
El día llegó y la primera sorpresa también, cuando el conductor nos aparece 6 horas tarde y tenemos que salir a casi las 5 de la tarde en dirección al parque natural, además desde el primer momento el conductor-guía empieza a darnos mala espina, poniendo trabas y intentando cambiar de planes para sacarnos más dinero.  Así que al final de la cena, que por cierto estaba muy buena, se sienta y empieza a negociar-comernos la olla muy mal, vendiéndonos la moto para que hiciésemos lo que el quisiera, y al final decidimos acortar el viaje a una noche, visitar el delta y volver al lodge para partir hacia Namibia, todo un fracaso ya que nos costó caro y no vimos casi nada, bueno si vimos elefantes, jirafas, perros salvajes que nunca los había visto y Leonas. Estuvo bien pero nunca más negocio un safari por sms, de los errores se aprende.

Al día siguiente empezó el reto, ir desde Maun hasta Windhoek, Namibia haciendo autostop. 810 km  que pensábamos iba a ser fácil, al principio lo fue, enseguida conseguimos un coche que nos llevó empaquetados 150 km. La sorpresa fue cuando nos dimos cuenta que aquí en botswana se paga, poco, pero se paga, almenos nuestro amigo nos dejó en una ciudad perdida en medio de la nada al norte del desierto del Kalahari, diciéndonos que este era un punto de autostop, y claro habían como 20 personas mas esperando un coche, así que animados y con ganas de seguir el viaje, nos pusimos a esperar nuestra oportunidad conjuntamente con los otros 20 autostopistas y el coche no llegaba, y el coche no llegaba, bueno si llegaban otros coches dejando mas personas, así que las posibilidades eran cada vez menores, ya que los demás no llevaban equipage pesado, directamente no llevaban nada y así pasaron 4 horas esperando, con una calor insoportable de la sombra a la carretera y de la carretera a la sombra, los coches que llegaban no iban a nuestro destino o descargaban a mas gente. Por suerte una niña nos alegró la espera jugando con nosotros y entreteniéndonos. Además era zona de Hereros una de las tribus predominantes en el sur-oeste de africa y siempre nos dejaban alucinados con sus vestidos coloniales y coloridos y sus sombreros a juego con cuernos de vaca. Ellas si que tenían suerte siempre llegaba uno de su tribu y las cargaba enseguida, los demás a esperar. Entonces después de esas 4 horas llego una furgoneta pick-up y le pregunto si iba a Ghanzi el siguiente gran pueblo y dice que si, en 10 segundos se habían montado 15 personas, no me había dado ni tiempo de poner un pie en la rueda para saltar y ya estaba llena. Así que tuvimos que esperar a otro coche, sorprendentemente llegó otro coche a las 15 minutos pero se nos adelantaron unos hermanos que también esperaban ya que corrían más que yo, claro iban sin mochila. Y después de ese no pasó ninguno en 2 horas hasta que llegó un autobús, justo 20 minutos después de que empezara a llover, así que tardamos 8 horas en recorrer 286 km, si hubiésemos participado en Pekin express habríamos perdido y nos habrían chutado del programa el primer día, un desastre.

La siguiente etapa fue ir desde Ghanzi hasta Windhoek, teníamos que llegar si o si, así que empezamos pronto y nos movimos hacia la gasolinera del pueblo para probar suerte, había mucha gente, era domingo, pero la mayoría iba a la iglesia y no se movía del pueblo o se iba a la granja  o excusas varia. Fue cuando entonces  después de dos horazas parando a más de 40 coches uno se ofreció ya que iba en la misma dirección y por un módico precio nos dejo en la frontera de Namibia, donde arreglamos los pasaportes, visa gratis como Botswana y encontramos un camionero muy amable que nos llevó directos a widhoek, donde a los dos días llegaría mi hermana y el Rickitin con quien estoy ahora viajando, ahora mismo estamos en el parque natural de Etosha, en Namibia.




lunes, 5 de marzo de 2012

Siguiendo los pasos de Livingstone VICTORIA FALLS


Como si fuera Livingston en una de sus aventuras por el continente africano, después de dejar Lusaka, me adentré hacia el bajo Zambeze, el que fue uno de los lagos artificiales más grandes del mundo, con más de 200 km de largo y 35 km en algunos puntos de ancho, el Lago Kariba. Su presa una obra de ingeniería de los años 60, me dejo alucinado con sus más de 80 metros de altura en la garganta que hace de tapón de las poderosas aguas del rio Zambeze. Allí pasé unos días relajados en uno de sus hoteles y aproveché para explorar la zona, pero básicamente me dediqué a descansar y a bañarme en la piscina de mi hotel, que estaba muy bien y hacía mucho tiempo que no podía disfrutar de unos días así, jejeje.

Del lago kariba ya salí directamente hacia la ciudad de Livingston, ciudad donde se encuentran las majestuosas cataratas Victoria, de camino probé suerte con el autostop que aquí en África funciona de lujo, el primer coche paró y me llevó casi 200 km, desde allí ya cogí un bus que me llevaría hasta Livingston donde conocí a un Portugués que viajaba desde el cabo norte de Noruega hasta ciudad del cabo en Sur África, todo en transporte público sin coger ningún avión, llevaba 6 meses de camino, lo mismo que yo y había recorrido casi el triple de kilómetros que yo. Me impresionó como Mateus este portugués se espabila y se busca la vida, con tal de perseguir su sueño, viajar, y de cómo enseguida te contagia la ilusión y te sientes con ganas de hacer lo mismo, si os interesan sus historias www.decaboacabo.blogspot.com merece mucho la pena, aunque está en portugués.
En Livingston me dio tiempo de descansar, leer, escribir, salir, compartir experiencias y  claro visitar las cataratas victoria.

Mr. Livingston encontró las cataratas en 1855 en su cuarto año de viaje por el alto Zambeze, una de las 7 maravillas del mundo 1,7 km de largo y 105 metros de alto, su estruendo al caer y la niebla que crea al chocar contra las rocas crean una nube que cuando pasas por abajo te empapa, además de crear series de arcoíris dependiendo de la posición del sol, creando una imagen que se te queda gravada en la mente para toda tu vida. Desde el boiling point, lugar donde salen los botes de rafting 

en su camino hacia las gargantas del Zambeze donde están los rápidos, los más impresionantes de África. La pena es que cuando yo estuve, la temporada de lluvias ya había empezado y el nivel del agua era demasiado alto, así que muchos de los rápidos estaban tapados por el agua y habían perdido su fuerza, entonces decidí no hacerlo, ya lo haré la próxima vez que venga. Además, desde el boiling point, también puedes ver a los saltadores del Bungee jump un salto desde el puente que une Zimbabwe con Zambia, 115 m de altura todo un subidón de adrenalina sobre las aguas marrones y turbulentas del rio,  yo estoy esperando al salto de Sur África 220 m de alto ese seguro que no me lo pierdo!!! La verdad es que me habría gustado pero es que todo no se puede hacer desgraciadamente el dinero se va acabando y aún me quedan muchos lugares que visitar.

Así que el último día decidí hacer el sunset cruise, otra actividad que se hace en Livingston, con un barco al atardecer, viendo el parque natural de la cataratas victoria, hipopótamos, elefantes y cocodrilos. Además de barra libre para toda la tripulación, yo  tuve la gran suerte de compartirlo con muy buena compañía.

Después de una semana en Livingston, me toco ir Botswana a Maun ciudad desde donde salen todos los safaris la Delta del Okavango, que ya lo contaré en la siguiente crónica. Ahora ya estoy esperando a que llegue mi hermana a Namibia que llega en 7 horas, que ganas que tengo de verla…..