La “Persona de la jungla”, vive
desde hace muchos cientos de años en las junglas de Sumatra y borneo, siempre
han vivido libremente, pero poco a poco cada día su hábitat se ha visto
reducido por la urbanización del hombre moderno, viéndose obligados los
gobiernos a crear parques naturales con el fin de que puedan seguir viviendo
libremente. Este es el caso de Bukit lawang, el único parque natural de sumatra
donde se pueden encontrar estos enormes primates de hasta 90 kg de pelo rojo y
cara divertida, en realidad según nos dijeron en el parque existen unos 7000
repartidos entre sus fronteras.
Sus cuatro manos les ayudan a
moverse de árbol en árbol con una agilidad
únicas, no son tan rápidos como los monos saltarines pero avanzan subiéndose a
las partes más altas de los árboles y balanceándose de uno a otro, pudiendo
avanzar muchos metros en un solo paso,
te crees que están lejos y cuando te das cuenta ya los tienes encima mirándote
con esa cara inexpresiva pero llena de sentido.
Este parque natural tiene mucha
fama y recibe muchos turistas a lo largo del año, se podría decir que es la
atracción principal de Sumatra, así que los orang-utan que solemos ver los que
los visitamos, están acostumbrados a que les den de comer los guías que nos
acompañan. Existen leyendas de ataques a turistas y de algunos que son bastante
violentos, pero los guías saben perfectamente cómo tratar con esos problemas,
es muy difícil que pase algo. El treking standard trata de 2 días por la
jungla, el primer día se andan unas 7-8 horas pero parando cada hora, ya que
los orang-utan van apareciendo sin parar, el primer grupo que vimos estaba a
tan solo 40 minutos de empezar a caminar y eran 6, todas hembras con sus hijos
de paseo por la jungla, es muy divertido ver como juegan entre ellos y se mean
encima de los turistas. En realidad en cada lugar donde los grupos de personas
se paran para descansar y/o comer algo, aparece un orang-utan buscando comida. Una
vez el orangután bajo del árbol y empezó a andar hacia nosotros, hasta que se
puso tan cerca que pudimos tocarlo, pero antes empezamos a correr asustados
pensando que venía a atacarnos, pero los guías nos dijeron que lo único que
querían era la comida y estar con nosotros un rato. El día paso rápido muy
ameno y divertido, caminando por la jungla viendo, monos, tortugas, pavos
reales, hormigas gigantes, arboles enormes y plantas útiles para múltiples
usos. Y ya casi al final el Macho dominante se nos apareció posando colgado de
un árbol, impresiona ver a un bicharraco de ese tamaño a tan solo 5 metro
mirándote fijamente a los ojos, sin saber que es lo que está buscando.
Ya llegamos al final del treking con un descenso empinado y
resbaladizo que bajaba al camping que estaba situado en una ribera preciosa con
la jungla y un rio con aguas cristalinas. Allí nos bañamos y descansamos hasta
que llegó la hora de la cena, el té y la hora de dormir. En la jungla no hay
comodidades y tenemos que dormir, claro, en el suelo con un techo de plástico
que nos protegía de la lluvia. Esa noche un iraquí dormía a mi lado, era una
persona muy curiosa y divertida, cuando estábamos acostados ya esperando a
cerrar los ojos, nos pasaron por delante, unas ratas de monte y alguna
cucaracha y el iraquí entro en pánico no acostumbrado a esas situaciones y no
se le ocurre otra cosa que decirme que se quería ir a un hotel, yo muy serio le
dije que se lo preguntase al guía y el todo envalentonado va y se lo pregunta,
todo el mundo empezó a reir… claro, en la jungla no hay hoteles. Al final se durmió
y a la mañana siguiente vio que seguía vivo con ojos, piernas y sin ninguna
enfermedad rara.
El segundo día de treking empezó
con un desayuno buenísimo con galletas dulces y un sándwich de tortilla que nos
comimos muy a gusto, y después nos dirigimos por la selva hacia unas cascadas
perdidas donde también pasamos un buen rato con los masajes del agua. Nos
bañamos en el rio y saltamos desde unas rocas como buenos aventureros, y al rato
ya nos tocaba la vuelta a bukit lawang pero esta vez de tubing, con unas
cámaras de rueda de camión hinchadas nos tiraron rio abajo durante dos horas
por los rápidos no tan rápidos, pero nos lo pasamos genial chocando con todas
las rocas que se cruzaban en nuestro camino y volcando alguna vez sin
consecuencias.
Así pasaron nuestros dos días de
treking por la jungla con los orang-utan, una experiencia única e inolvidable que recomiendo a todo el
mundo que tenga oportunidad de visitar Sumatra!!!
Joselito...siguiendo tus pasos por Indonesia!!! Saludos desde Medan
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