domingo, 25 de marzo de 2012

NAMIBIA, Desierto, poca playa y mucha cerveza, PARTE 2


De las dunas de Arena a Skeleton coast y el Norte.

Tras cuatro días de viaje llegamos al famoso desierto del Namib, no solo por nuestra cercanía lo digo también por el calor y bochorno que sentimos. Nuestra idea es la de dormir en medio de las dunas pero en la entrada nos dicen que no se puede por seguridad, que a una determinada hora cierran las puertas y nos puede caer una buena multa, a nosotros no nos importa nada y seguimos en pie con nuestra idea, mas tarde aunque si hubiéramos cambiado de parecer no teníamos alternativa ya que nos quedamos atrapados en la arena os imagináis gracias a quien?, vimos una buena puesta de sol, siempre gracias a su destreza que no al gran peso de su cabeza, estuvo tres horas intentado sacarlo, allí pasamos la noche a pesar de que vinieron a buscarnos y no pudieron sacarnos.
 Al día siguiente a primera hora estaban allí para sacarnos de la arena, subimos a la duna más cercana para conseguir una panorámica increíble, después un salar con arboles con extrañas formas y sombras. Acabamos nuestra visita al desierto con un bañito en la piscina del camping, refrescante y gratificante después de la aventura, como la birra que nos tomamos. El resto del día nos lo pasamos en coche para llegar a la parte este del país y así encontrar el Atlántico y la que dicen segunda ciudad del país, la más frecuentada por jóvenes, turistas y donde más fiesta podríamos encontrar, Swakopmund desde que llegamos al camping, una de la pocas noches que hemos dormido en un lugar cerrado, el sentimiento es del hacer un pit-stop en el camino, casi una semana de viaje y lo que es mejor sábado sabadete…cenamos fuera, pizza y más tarde acabamos en el local del pueblo Cucky’s Bar con música en vivo y donde conocimos españolitas que trabajaban allí desde hace dos meses, pero fiesta por llamarla de alguna manera…


 El domingo fue eso un día de descanso con parrillada en la playa al estilo oriundo y después decidimos irnos porque el pueblo daba miedo, estoy seguro que unas horas más y nos habríamos quedado atrapados en el tiempo, era un pueblo surrealista, como de mentira o mejor dicho como de playmobil, todo nuevo y con casas fuera de lo normal por el lujo. No nos a gustado nada a ninguno, esto no es Africa. Después  de dormir en un hotel de mil estrellas, Paisaje Lunar; cuantas veces al mirar por la ventana de tu dormitorio has visto el infinito?...

Nos dirigimos a las cordilleras Spitzkoppe, siempre por la parte centro-oeste del país, al llegar, comemos en otro lugar mágico, echan tumbonas de árbol a árbol y así un merecido descanso. Una tarde tranquila también mirando el cielo para proponernos subir la cima más alta la mañana 

siguiente. El desayuno fue mirando la cima y allí nos dirigimos, 1.728m. Lograron la cima, yo me tome mi tiempo hasta llegar a un punto parecía imposible pero por donde subieron, las horas de coche y humo con el poco deporte se notan, lo hubiera conseguido pero a mi ritmo. Merecida ducha y birra para de nuevo acercarnos a la costa y allí ver algo que me dejo perplejo, colonia de leones marinos. Vamos por pasos al llegar habían tres o cuatro en el parking y salimos corriendo pensando eran las únicas y se iban, salimos corriendo y llegando a lo que pensábamos era el muelle encima del agua era un paseo de madera por la arena y que veíamos, no centenares, millares de leones marinos, un “aroma” a mar! Las unas gritando, las otras llamando a gritos a sus hijas aquello parecía el desembarco de Normandía, tomaban el sol con su cabeza en alto, tumbadas con las aletas hacia arriba, las uñas las tienen en mitad de la aleta por lo que se rascan extrañamente y hasta se pelean mordiéndose, pensamos por la roca que ocupa el otro por mucho rato… yo no podía mas y quería irme para comer pero con tal sopa… 

Encontramos un lugar increíble entre dos dunas en la playa. Cuando nos sentamos a comer, el delicioso arroz con verduras de Ali, me di cuenta que alrededor no teníamos nada, como si fuera un estudio con un paisaje pintado, un flash! Pues también comimos y plasmamos una peli, en medio de la nada, hoy en día, con la tecnología pudimos disfrutar una tarde de relax. Nuestra visita a SkeletonCoast fue para pegarnos un baño en el frio océano, ese que algún día antes se nos negó por su bravura y suciedad, muy refrescante, perfecto para saludarlo y adentrarnos de nuevo en el país porque si fuera para ver barcos hundidos íbamos apañados. Hicimos una gran cantidad de Km donde visitamos, en poco más de dos horas cuatro puntos de interés turístico, su bosque petrificado, montaña quemada, órganos naturales y pinturas rupestres, tras la última declinada por su cola turística, ninguna vale la pena visitar, fue un entretenimiento pero nada interesante. Un poco cansado y ahora me doy cuenta desilusionado con las ultimas excursiones, me espera lo mejor lo sé…  

En África el tiempo parece pasa más lento, esperar no es un problema ya que se toman su tiempo para todo. En Namibia todo está vallado pero hemos traspasados muchas puertas y dormido… en lugares irrepetibles, cuando volveré a tener la suerte de despertarme y al bajar la escalera de mi casa, mi salón sea la naturaleza, el desierto, dos dunas o el resguardo de tres árboles? Solo me queda comentar el hecho de que si no fuera poco, cada mañana desde mi ventana veía salir el sol, su amanecer …
Escrito por Rickitin.

3 comentarios:

  1. Guapísima la foto de la puesta de sol!!! anda que no habéis disfrutado gachón! una abrazo muy fuerte Jose. Alex.

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  2. vaya nochecitas guays que habéis tenido que pasar...joder q envidia. Por cierto jose.....cabezoooooooonnn!! no podía ser otro el del coche jaja un abrazo company! buri

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  3. jajaja y que lo digais, la puesta de sol increible, y lo del coche pues bueno una experiencia más que contar... jajaja un abrazo.

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